El Lagar de Matilla, también conocido como Lagar de Medina Hermanos, es un tesoro histórico enclavado en el oasis de Matilla, una joya vitivinícola ubicada a mil metros sobre el nivel del mar, en la región de Tarapacá, Chile. Este oasis se encuentra a unas 120 kilómetros de Iquique, junto a la fascinante Quebrada de Quisma. Durante el siglo XVIII, Matilla floreció como un importante centro de producción de vino, y este lagar fue una parte fundamental de esa historia.
Lagar de Matilla: Patrimonio Vitivinícola en la Pampa del Tamarugal
El Lagar de Matilla es un edificio de forma cuadrada construido con paredes de adobe, y su función principal era la de prensar las uvas para la producción de vino. En un pasado glorioso, Matilla albergaba hasta 35 lagares similares, pero en la actualidad solo sobreviven 15 de ellos. Aquí, se realizaban las tareas de vendimia y fermentación del vino que ponían a esta región en el mapa vitivinícola.
La Mecánica de la Elaboración del Vino
El corazón del lagar alberga una prensa con un robusto tronco de algarrobo que, gracias a un cabestrante, generaba un movimiento oscilante para extraer el preciado licor de las uvas. El vino resultante se almacenaba en tinajas de greda, algunas de las cuales aún se encuentran en el sitio. Estas tinajas eran parcialmente enterradas para mantener una temperatura constante y óptima para la fermentación.
Una Tradición Viva: La Fiesta de San Antonio de Padua
Una de las tradiciones más arraigadas en el Lagar de Matilla era la apertura anual de las tinajas, una ceremonia que se llevaba a cabo cada 13 de junio durante la festividad de San Antonio de Padua. Esta celebración marcaba el inicio de la temporada vitivinícola y era una ocasión especial para la comunidad.
Un Legado Preservado
El Lagar de Matilla dejó de operar en 1937 después de su última vendimia. A lo largo de los años, sufrió el deterioro natural hasta que, en 1968, la Escuela de Canteros de la Universidad de Chile, sede de Antofagasta, lideró su restauración bajo la dirección de Eduardo Muñoz. En 1977, se le otorgó el estatus de Monumento Histórico debido a su valor como testimonio tangible de la historia vitivinícola de la región. Hoy en día, este lugar histórico desempeña el papel de museo de sitio, permitiendo que los visitantes se sumerjan en el pasado vinícola de la zona.
Restaurando un Tesoro
Aunque el Lagar de Matilla experimentó un período de cierre al público después del terremoto de 2005, que provocó daños en sus muros de adobe, en 2012, la Municipalidad de Pica inició un proyecto de restauración para preservar este patrimonio. La restauración incluyó la recuperación de los muros de adobe, asegurando que este lugar histórico continúe siendo un destino importante para los amantes de la historia y la cultura vitivinícola de Chile.
Amigos viajeros, en su visita a la Región de Tarapacá, prioricen su seguridad y respeten el entorno. Opten por servicios turísticos registrados, lleven su basura y si van a explorar áreas remotas, viajen con un guía experimentado o alguien que conozca la zona. La seguridad es clave para un viaje inolvidable. ¡Disfruten con responsabilidad!