El Volcán Tata J’achura, ubicado en el Parque Nacional Volcán Isluga, forma parte de una sección de la cordillera que asciende gradualmente hacia el este, pasando por cimas notables como los cerros Lirima y Quimsachatas, hasta alcanzar la cima más alta de la región, el Sillajhuay.
El majestuoso Volcán Tata J’achura se alza a 5.200 metros sobre el nivel del mar en la precordillera tarapaqueña, marcando el comienzo de la cordillera de los Andes. Su imponente presencia se destaca por extensas planicies que se extienden desde sus faldas hasta su cumbre, ofreciendo un mirador impresionante, especialmente en su vertiente oeste.
El Tata J’achura es accesible tanto desde el este como desde el oeste, a través de la carretera que conecta Huara y Colchane (ruta 15) y desde el pueblo de Chiapa, respectivamente.
Leyendas y Misterio
Este volcán esconde en sus alturas historias y leyendas intrigantes. Se cree que fue utilizado como santuario para sacrificios, una práctica que se extendía desde el Ampato en Perú hasta los Andes centrales de Chile. Aunque no se han encontrado momias en su cima, existen evidencias de un antiguo santuario, incluyendo un camino que se dirige a la cima desde el sureste y numerosas pircas de gran tamaño en la cumbre misma.
Las leyendas locales hablan de sacrificios de infantes en tiempos pre y postcolombinos. Según los relatos, los niños eran hechos caminar solos desde el pueblo hasta el cerro, donde «el cerro se los comía», dejando sus ropas cuidadosamente dobladas en el camino.
Otras leyendas se relacionan con su nombre, como la historia de Jachura, el padre de Huanapa (cerro Cariquima) y Esmeralda. Jachura aisló a Huanapa después de que esta expulsara a su hermana a la costa (el cerro Esmeralda es conocido en Iquique como cerro de la Cruz).
Ascensos Históricos
El primer ascenso registrado al cerro fue realizado en 1854 por el viajero inglés William Bollaert junto a George Smith, cuando el Tata J’achura aún formaba parte del territorio peruano. El primer ascenso registrado tras la anexión chilena ocurrió en 1907, llevado a cabo por Valentín Flores, un lugareño, en compañía de su hermano e hijo.
En 1981, el arqueólogo estadounidense Johan Reinhardt ascendió al volcán, descubriendo restos de expediciones anteriores. El Tata J’achura, con su imponente presencia y su rica historia, sigue siendo un destino fascinante para los aventureros y amantes de la historia por igual.
Advertencia: Si visitas altitudes sobre 2.000 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m), aclimátate para prevenir el mal de altura. Pasar tiempo en lugares con una altura intermedia ayuda. ¡Prioriza tu salud y disfruta tu visita!
Amigos viajeros, en su visita a la Región de Tarapacá, prioricen su seguridad y respeten el entorno. Opten por servicios turísticos registrados, lleven su basura y si van a explorar áreas remotas, viajen con un guía experimentado o alguien que conozca la zona. La seguridad es clave para un viaje inolvidable. ¡Disfruten con responsabilidad!