A unos 47 kilómetros al noreste de Huara, en Chile, se extiende un campo de geoglifos que evoca el pasado de manera asombrosa. Según los estudios arqueológicos oficiales, estos geoglifos se remontan a los periodos San Miguel y Gentilar, abarcando desde el año 800 hasta el 1300 d.C. No solo son impresionantes por su tamaño colosal y sus líneas perfectamente rectas, sino también por su orientación peculiar: apuntan directamente hacia el cielo. Este rasgo es inusual, especialmente si consideramos que muchas teorías sobre estos grabados en el desierto se centran en mensajes en las laderas de las colinas, visibles a gran distancia, que solían guiar a las caravanas que cruzaban las diversas regiones geográficas del desierto de Atacama, el más árido del mundo.
Misteriosos Geoglifos de Ariquilda: Un Enlace con la Antigüedad
El desierto de Atacama, que se extiende desde la región de Arica y Parinacota hasta Antofagasta, alberga numerosas manifestaciones de arte rupestre, y los geoglifos son una de las más notables. Miles de dibujos y señales decoran laderas de cerros cerca de quebradas o en pampas desoladas. Sin embargo, lo que más llama la atención son los geoglifos diseñados específicamente para ser vistos en su totalidad desde el aire.
El Misterio de Ariquilda: Un Vínculo con los Cielos
En el caso de Ariquilda, estas magníficas creaciones de arte rupestre en la tierra forman un campo con 151 figuras excepcionales. Algunas de estas figuras presentan espirales, ángulos rectos y otras representan seres zoomorfos y diversas formas. Todas comparten una característica única: están dispuestas en el suelo, apuntando directamente hacia el cielo.
El Legado de Ariquilda
Estas «Líneas de Ariquilda» son sorprendentemente grandes, cada una con casi 200 metros de longitud, y son visibles incluso en Google Earth desde altitudes de hasta 1,000 metros. Un sobrevuelo en helicóptero realizado en la década de los noventa por documentalistas españoles Jiménez del Oso y J.J. Benítez proporciona un registro visual que plantea preguntas sobre posibles «dioses voladores» que podrían haber visto estas señales desde el cielo. Aunque esta teoría contribuye al misterio, no se ajusta a la realidad. La creación de estas líneas se atribuye a nuestros antepasados, que tenían un profundo conocimiento y habilidad para grabar estas formas tan precisas y rectas en el árido suelo del desierto.
Un Tesoro Cultural Desprotegido
El campo de geoglifos de Ariquilda es excepcionalmente grande, abarcando más de 50,000 metros cuadrados. Los investigadores lo han dividido en seis paneles, donde han contabilizado más de 151 figuras, cada una con características únicas que las distinguen de cualquier otra en el desierto de Atacama. Este sitio es de gran valor arqueológico y cultural, pero lamentablemente, carece de protección física o señalización de advertencia.
Una Ventana al Pasado
Luis Pérez, arqueólogo y director del Museo Regional, destaca la importancia de Alto Ariquilda y su quebrada. Este lugar es multifuncional, con diferentes roles, tanto ceremoniales como de tráfico y movilidad transdesértica. Además, ha sido ocupado en varios períodos culturales, lo que refleja cambios en intereses y actividades a lo largo del tiempo. Alto Ariquilda proporciona una ventana fascinante hacia la vida y las creencias de nuestros antepasados, revelando cómo percibían su entorno y cómo se relacionaban con lo simbólico. Los geoglifos de Ariquilda representan elementos de la naturaleza, geometría, abstracciones y símbolos que eran comunes y que reflejan aspectos particulares de su realidad histórica, cultural y ecológica. Este sitio es un tesoro invaluable del patrimonio cultural de Chile que merece ser protegido y apreciado por las generaciones presentes y futuras.
Modelo Volumétrico de los geoglifos de Ariquilda
Amigos viajeros, en su visita a la Región de Tarapacá, prioricen su seguridad y respeten el entorno. Opten por servicios turísticos registrados, lleven su basura y si van a explorar áreas remotas, viajen con un guía experimentado o alguien que conozca la zona. La seguridad es clave para un viaje inolvidable. ¡Disfruten con responsabilidad!